viernes, 11 de mayo de 2012

San Pascualito no es un grupo de Rock

 "Chirric, troc, troc, chirric, así truenan las ruedas de madera del carretón de San Pascualito cuando se va acercando. Nada más lo  pueden escuchar los parientes que están a media noche en la casa del moribundo. Pasate de largo san Pascualito,  le rezan, no te parés en esta puerta mi Rey, deja que el enfermo viva otro ratito, papacito. Chirric, troc, troc. Pero el santo calavera ya pintó su raya y el que se tiene que ir, con él se va. Empieza la lloradera mezclada con la ladradera de los chuchos, porque los perros sí pueden verlo. Si te ponés lagaña de perro, cheles de chucho pues, en los ojos, podés mirar el alma de los difuntos. pero te enloqueces y a los 7 días te petatéas también". Cabrones, así me metían miedo mis primos y sus cuates cuando llegaba a Chiapa de Corzo con mi mamá a visitar a mi abuelita Lucinda. Los canijos eran excelente relatores y tenían un menú de cuentos de espantos entre los que sobresalían el Xipe, la Cocha Enfrenada y el Cadejo." No les hagas caso, son unos pendejos, todos esos fantoches no existen, sólo San Pascualito es real", me decía mi Abuelita.
Fotos de Carlos Navarrete Cáceres
San Pascualito tiene su templo formal en  pleno centro de Tuxtla Gutiérrez.  Fue fundado  por una Cofradía de familias de origen indígena zoque, con siglo y medio de antiguedad. Ahí - en santa paz  y respeto a las tradiciones locales -  ofician sacerdotes de la iglesia Católica Ortodoxa Mexicana.
 En lo alto del altar principal está un cajón ataúd sobre cuatro ruedas, en el interior reposa la imagen de madera del patrón de la muerte en Chiapas. Los curas dicen es San Pascual Bailón, los costumbreros lo llaman San Pascualito Rey.
El templo de San Pascualito es una iglesia de ramear. En la puerta una marchanta te vende manojitos de albahaca para la limpia del espíritu.  Adentro, cerca del altar del Patrón, los rameadores por una propina purgan tu alma de cualquier mala vibra, susto, enredo, trabajo, ojo y mal hechado que padezcas. Te puedes limpiar ante el cajón de San Pascualito a ante cualquier otra imagen de las que ahí se encuentran. Están casi todas las del santoral católico mexicano, pero también hay iconos de origen indígena y sincréticos que no reconocen ninguna otra iglesia, como El Niño Llorón, la Cruz Zoque y Fray Agustín García de Cruz, primer obispo del culto tradicional pascualitero.

Del libro San Pascualito Rey y el Culto a la Muerte en Chiapas. Unam.

Aquí los curanderos. rezadores. limpiadores y chamanes pueden trabajar para pedir prosperidad y bienestar o la salud de sus enfermos, vienen de todas partes y de todas la etnias a quemar velas y estoraque, con música de tambor y pito, con ofrendas variadas y joyanaques, a barrer los padecimientos de nuestro yo invisible con rociadas de trago, huevo de gallina, hojas de mataratón y flor de mayo. Lo único que no se permite es la invocación de la maldad. Los sacerdotes y sacristanes están pendientes de que nadie queme velas negras cubiertas de sal, atravezadas de agujas y entierros de muñecos y fotos de mal amores con maldiciones y rezos a Satanacha. A los que los cachan echando brujería son expulsados permanentemente del templo, ya no los dejan entrar y los curitas los tienen bien fichados porque reinciden.

San Pascualito Rey es un santo del pueblo, de los humildes, sus orígenes son indígenas aunque entre sus seguidores hay personas de todas las profesiones y clases sociales.
 Pero también tiene muchos enemigos. Los párrocos de la iglesia católica romana no lo pueden ver ni en pintura. Cuidadito que sepan que simpatizas con la calaquita de san Pascual porque no te bautizan a tus hijos ni te casan o te dan los santos óleos. Y en la misa divulgan  en pleno sermón que fulano o sutano es un hereje ignorante porque lo vieron bailando o comiendo caldo de res en la fiesta del santo calavera en Mayo.
 San Pascualito ha sufrido mucha persecución. Caminó por muchos lugares para llegar a donde esta ahora. En la época de los quemasantos fue ocultado en las cuevas de Cerro Hueco para salvarlo de la hoguera.

La fiesta patronal de San Pascualito Rey es a mediados de mayo.
El 17 bajan el cofre ataúd con ruedas y lo sacan a pasear arriba de una carreta tirada por un caballo, que recorre el centro de la capital de Chiapas. Antes de eso abren tantito el cajón para que los feligreses y chismosos vean por unos segundos a la calaverita de madera de San Pascual. Es el único momento en el año que se permite mirarla destapada. En los días de la fiesta arriban seguidores de todo el estado y de otros rincones de México y Estados Unidos. Hay danzas indígenas, procesiones de los tzotziles de los Altos, las Madres Zoques preparan tinajas de wacaxicaldú - res en caldo - que convidan a todos los visitantes, no falta el pozol, la tamaliza, café con piquete escondido y, desde luego, la marimba.  Cuando no está chambendo, San Pascualito es un santo alegre, arrecho, bailador y por eso no lo quieren los encopetados y atufados ministros y sacerdotes de las otras iglesias.
Joyanaque, ofrenda zoque de hojas y flores
Ahora, no hay que confundir a San Pascualito con la Santísima Muerte. Para nada. Son fuerzas diferentes. Los orígenes de nuestra calaverita están en Chiapas y Guatemala, cuando estos lares formaban parte de una misma Capitanía. La Santísima tiene otras raíces, de más al Norte, creo. El trabajo de San Pascualito es recoger en su carretón a las almas de los que se van y llevarlos al inframundo. El oficio de la otra pálida Dama me parece que reside en la magia de todos los colores. En Chiapas, la veneración a la Santa Muerte es practicamente  una novedad. En 1870 San Pascualito ya contaba con una cofradía en Tuxtla Gutiérrez. Aunque son la misma huesa, son calaquitas con su propia y particular personalidad. Que quede claro.

Hace algún tiempo, trabajando en San Cristóbal con unos colegas de la televisora de Durango estaba vestido con una mi camisetona negra con el dibujo de Santo calavera en el pecho y su nombre que lo identificaba. Y un compachi se acercó y me preguntó si me gustaba San Pascualito Rey.  Aguevo, le dije, es algo muy Chiapaneco. No es cierto,  respondió, los de San Pascualito son del centro de México, acaban de dar un concierto bien chingón en Mazatlán y yo estuve ahí, rokeando. Ah cabrón. Me enteré así que hay un grupito de peluditos autobautizados con el apelativo del mero rey,  que tocan dark guapachoso con raíces melódicas del corazón de México, y al parecer con muy buena aceptación entre la jabalinada joven. Han sido nominados para el latín gramy y tienen cosecha de éxitos más allá de las fronteras. Bien por esos macisos que están poniendo el nombre de su mero padre en la boca de muchos que no saben ni que pedo. La alma huesudita debe estar contenta. Ojalá que algún día estos batos se revienten un toquin afuera de su templo en Tuxtla o en la ribera de Cupasmí y sientan la  reata seca y se rameen con ixcanal para que se catapulten de una vez por todas con la mera banda pascualitera y con el master de la carreta que de triste no tiene un coyol partido por la mitad.


Yo a veces, cuando voy a su templo le cantó a San Pascualito esa rolita del gran Atahualpa, que parece que se la hubieran compuesto para él : "porque no engraso los ejes me llaman abandonado, si a mi me gusta que suenen, pa que los quiero engrasados..Los ejes de mi carreta, nunca los voy a engrasar".


  Para Jesús Izquierdo, Pepe López, Blanca Margarita y Pancho Corzo.  Amigos que apenas se los acaba de llevar San Pascualito en diferentes recorridos.

1 comentario:

  1. interesante !! no cabe duda que siempre se aprendec cosas nuevas ...me encantarìa conocer a San Pascualito!!!

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